REGALOS DE LA VIDA

¡Y total! Hay mucho que agradecer en la vida, mucho en realidad. Como esa familia que nos eligió la vida sin más, así solita llegó de repente y se instaló. Muchas veces me he preguntado eso de "la fuerza de la sangre". Hay quien dice que eso para nada, que hermanos son los que se eligen. Pues yo llegué a la conclusión de que la sangre sí llama, pero que son inmensamente fuertes los lazos que elige el sentimiento, el corazón, los sucesos que acercan, los sucesos que unen. Y así surge el trato continuado, así transcurre la vida con sus altas y sus bajas dejándonos ver a quienes en los momentos rudos no se apartan.

Y ese es el caso de Rubén, a quien llamo mi "Bro". Y él, me llama "Sis". 

Es parte de mi vida, junto con su familia. Hemos recorrido juntos varias de nuestras etapas importantes, etapas de alegría y otras muy dolorosas. 

José, mi hermano de sangre que partió de aquí hace ya 21 años, lo quería de verdad. Se querían los dos, por eso conocí a Rubén, porque mi hermano emparentó con la familia política de mi Bro. Poco después, los matrimonios de ambos con sus respectivas parejas, ambas hermanas. Y es así como comienza una historia que data ya de más de treinta años.

Eran un par de niños grandes, se divertían de lo lindo. ¡Cómo recuerdo esas anécdotas, con cuánto cariño y además el gusto inmenso de que este par nunca olvidara al niño que una vez fue! Sentarse en el piso muertos de risa en un Año Nuevo (o Navidad, no recuerdo bien), o meterse a una fuente durante unas vacaciones. 

Un día tremendo, doloroso y por demás nefasto en circunstancias cruentas, a mi hermano José le tocó partir de este plano. Un día 21 de septiembre, hace ya 21 años. Ante uno de los dolores más fuertes que he sufrido en mi vida, se quedó tatuado en mi ser el abrazo de Rubén, que no terminaba. Su abrazo, que era empático y lleno de sinceridad hasta más no poder. Su abrazo, que me consoló tanto por unos minutos eternos. La fuerza con que me sostenía se tradujo no solamente en la fuerza física de su calidez al estrecharme, sino que es una espiritual que perdura hasta el día de hoy.

Estuvo presente en todos los trámites (fue un aparatoso accidente de carretera) como no lo hizo nadie más, ni siquiera los hermanos de sangre. Atendíamos a mis papás, ancianos ya. Estábamos con sus hijitos, unos niños que así de chiquitos tuvieron su primera pérdida. Yo en lo particular, no tenía fuerzas ni cabeza para nada más. Pero Rubén estuvo en todo, incluyendo tiempo después trámites para poder cobrar un seguro. Acompañó a mi cuñada durante año y medio, semana a semana, viajando de la ciudad capital a la provincia (lugar de los hechos).

Recuerdo que un día mi cuñada le preguntó "por qué haces todo esto?" Y Rubén respondió "porque él hubiera hecho lo mismo por mí". Este par eran tal para cual, de una pieza. 

De tal manera el cariño hacia Rubén y su esposa Itzel crecía, que fue justamente a él a quien pedí que me entregara en la Iglesia el día de mi matrimonio. Sí, fueron Itzel y Rubén mis padrinos de bodas y de su brazo recorrí ese caminito inolvidable. Ellos ahora son mi familia, esa familia que está siempre y que elige el alma porque hay uniones tan fuertes que llevan a estar juntos en sucesos así. Por eso decía: en buenos y malos momentos.

Rubén es una persona a la que quiero y admiro. Hay muchas cosas más aparte de las que he mencionado. Jovencito era amante del rock (aún lo es) y solo pudo salir avante a esas situaciones que la vida presenta en edades complejas. Después se casó con Itzel (gran amiga y hermana también), a quien quiero entrañablemente, y tuvieron a un par de chiquillos que vi nacer y ahora veo crecer con la rapidez que tanto nos impresiona a los adultos. 



Itzel y Rubén 




Mi sobrino Gael

Gael, el hijo que de pequeño ya subió a la escala de los niños de 12 años, noble y cariñoso. Es un excelente muchachito, y no me ciega el cariño para decirlo. 





Mi querido Saúl 


Y él, Saúl, todo un joven busca do su camino en la vida y bien consciente (gracias a un episodio difícil) de quiénes son las personas que están cerca en los momentos más duros: en especial, PAPÁ Y MAMÁ.


Porque sí, así como Rubén salió de los baches de juventud solo y con fuerza, esa fuerza le ha demostrado que en su vida lo más importante es SU FAMILIA. No se estudia para ser papá, y él lo es como si hubiese especialidad en las más altas escalas. Papá presente, papá amoroso y papá siempre fiel. Siempre allí, siempre para ellos. Hay hijos que tristemente sufren alejamiento de los padres, esos que decían darlo todo y finalmente un día se dieron la vuelta olvidando sus primeras intenciones. Rubén no, Rubén es alguien que siempre está presente para sus hijos y me encanta verlo desarrollarse en su faceta de padre, habiendo aprendido de nada más que LA VIDA la forma de conducirse como tal, y es primordialmente el amor. 

Por todo esto y mucho más quiero y admiro a Rubén, mi Bro... Es su historia una de superación y esfuerzo, es su calidad humana férrea y generosa a la vez. 





 Rubén, BRO, Ruby como te dijo nuestro sobrino de pequeño una vez en Puebla, deseo para ti nada más que lo mejor y muchos, muchos años para verte realizándote como lo estás haciendo en todos los sentidos. Con valores que otros pregonan pero no practican, pero sobre todo que ahora NO se estilan, como el concepto de la palabra FAMILIA en toda su expresión. 



Con Saúl, pequeñito



Mi hermano José 



Aprender a vivir juntos como hermanos...








Comentarios

  1. Hola, Maty, ¡qué historia! Me alegra que encontraras en Rubén a ese hermano, un hermano más, que te ha acompañado por siempre y que está ahí para apoyarte en lo que necesites. Una muy bonita historia. Cuidaros mucho ambos.
    Un abrazo. :)

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